Realizar el retrolavado de sus filtros con la frecuencia adecuada y de manera correcta garantiza la eficiencia de su sistema de filtración, proporcionando ahorro y manteniendo la calidad del agua. Se trata de una medida preventiva para evitar el paso de material que debería ser eliminado por la filtración.

Es un proceso sencillo que consiste en la limpieza del lecho filtrante mediante la inserción de un flujo en sentido contrario al de la filtración normal. Debe adoptarse en cualquier filtro diseñado para su uso con agua, en el que el lecho filtrante necesite ser limpiado tras la finalización del ciclo de filtración. Filtros de arena, de carbón activado, zeolitas y filtros de malla son ejemplos de filtros que deben pasar por el proceso de retrolavado.

Los filtros que no se retrolavan periódicamente no son eficaces para eliminar contaminantes y sólidos, ya que su lecho está saturado. También existe el riesgo de rotura de las mallas, colmatación de la arena, formación de canales preferenciales y bolas de lodo, dependiendo del lecho filtrante.

¿Cuándo realizar el retrolavado de sus filtros?

El retrolavado de los filtros debe realizarse siempre que se registre una pérdida de carga (diferencial de presión) prefijada, o cuando se alcanza el tiempo establecido para el ciclo de filtración. De esta manera, la calidad del agua cruda definirá la frecuencia del retrolavado en los filtros.

¿Cómo realizar el retrolavado de sus filtros?

El proceso de retrolavado es sencillo, pero debe llevarse a cabo cumpliendo ciertos requisitos para garantizar una limpieza eficiente del lecho.

Flujo ascendente – Si el filtro utiliza un flujo ascendente, se debe realizar una descarga de fondo durante el tiempo necesario para limpiar la base del lecho. A continuación, se realiza el lavado ascendente, aplicando una tasa suficiente para expandir la capa superior de arena durante un tiempo determinado. La duración de cada etapa se puede determinar observando la disminución de la turbidez del agua de lavado del filtro.

Flujo descendente – Para los filtros de flujo descendente, el retrolavado comienza introduciendo un flujo en sentido contrario a la filtración. Esta tasa debe establecerse de acuerdo con las recomendaciones del proveedor con respecto a la tasa, que está relacionada con la granulometría del lecho, para garantizar la expansión mínima recomendada. Su duración también se puede determinar observando la turbidez del agua de descarte.

La importancia de la automatización del retrolavado

La posibilidad de automatizar el retrolavado de los filtros de arena garantiza un aumento en la seguridad y eficiencia de la filtración. Por ejemplo, si la automatización se basa en la diferencia de presión entre la entrada y salida del filtro, cuando se alcanza el valor preestablecido, el presostato envía una señal electrónica al cuadro de mando indicando que se debe iniciar el retrolavado. De esta manera, se eliminan problemas como retrolavados innecesarios o excesivos.

Hidro Solo cuenta con un sistema de automatización del retrolavado que opera en filtros presurizados (cuadro de mando PLUVITRON), con la posibilidad de automatizar desde un solo filtro hasta una serie de filtros utilizando el mismo controlador.

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